La psicoterapia psicoanalítica es un enfoque clínico centrado en la comprensión profunda de los procesos emocionales y relacionales que influyen en el malestar psicológico. Esta modalidad terapéutica busca explorar los conflictos internos, patrones inconscientes y experiencias tempranas que inciden en la vida presente del paciente.

A través de un vínculo terapéutico confiable y sostenido, la persona tiene la oportunidad de reflexionar sobre su mundo interno, reconocer mecanismos automáticos de pensamiento y conducta, y desarrollar una mayor capacidad de autoconocimiento y autorregulación emocional.

Más allá del alivio sintomático, la psicoterapia psicoanalítica promueve cambios duraderos al trabajar en las causas profundas del sufrimiento psíquico. Se orienta a fortalecer la integración emocional, mejorar la calidad de los vínculos interpersonales y ampliar la libertad personal para elegir cómo vivir.

Es una invitación a comprenderse en profundidad y, desde allí, generar una transformación auténtica y sostenible.

Para ser psicoanalista es necesario graduarse como médico o psicólogo, y realizar un riguroso proceso de capacitación teórica y práctica, que suele extenderse entre cinco y diez años. En mi caso, soy psicoanalista acreditado por la IFPS (Federación Internacional de Sociedades Psicoanalíticas).